El estrés y las enfermedades gastrointestinales
Según lo indica la Asociación Americana de Psicología, (APA), el estrés es una reacción natural del cuerpo ante situaciones que modifican la rutina habitual. Aunque en pequeñas dosis este podría ayudar a superar miedos y motivar, cuando es causado por preocupaciones que se prolongan por horas, días o meses, el cuerpo y la mente empiezan a manifestar diferentes tipos de reacciones, entre ellas problemas gastrointestinales.
Las reacciones psicofisiológicas asociadas al estrés guardan una estrecha relación con el sistema gastrointestinal, por lo que los factores de tipo psicosocial poseen una gran importancia en estas patologías. Existen dos grandes vías por las que el estrés puede influir en nuestro sistema digestivo:
1. La respuesta de estrés reduce la secreción de ácidos gástricos y provoca el adelgazamiento de las paredes del estómago. Cuando el estrés cesa, se recupera la secreción de ácidos. Si este ciclo se repite sucesivamente, puede aparecer úlcera gástrica.
2. El intestino es muy sensible al estrés.
Veamos, a continuación, algunas de las enfermedades gastrointestinales más frecuentes y su estrecha relación con el estrés y los factores psicológicos.
ÚLCERA PÉPTICA
La úlcera péptica no es más que la erosión de la mucosa que está en el estómago (úlcera gástrica), en el duodeno (úlcera duodenal) o ambas zonas. La úlcera se ha asociado tradicionalmente a factores psicológicos. En los años 90 se conoció que una bacteria, Helicobacter Pylori, juega un importante papel en la aparición de la úlcera. Ahora bien, el Helicobacter Pylori no explica todos los casos y hay un alto porcentaje de personas que presentan el problema sin estar afectados por la bacteria.
Se ha sugerido, por tanto, que los sucesos vitales estresantes pueden estar presentes en la etiología de la úlcera, especialmente en la duodenal. Se ha comprobado que los pacientes con úlcera péptica han tenido más cambios en su vida previos al comienzo o el agravamiento de la enfermedad.
SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE (SII)
El síndrome de intestino irritable es un cuadro digestivo común de curso crónico y recidivante. Se caracteriza por dolor abdominal que se alivia con la defecación o se asocia a cambios en las deposiciones. No se puede explicar por alteraciones estructurales ni bioquímicas. El inicio de los síntomas se asocia con un aumento de la motilidad intestinal (colon) en respuesta a estímulos que afectan al tracto, entre ellos la activación emocional. El tratamiento médico es poco eficaz y se ha visto una asociación importante entre este trastorno y factores psicológicos.
Estos pacientes presentan más síntomas de ansiedad y depresión que la población general y que otros pacientes con enfermedad digestiva orgánica. También se ha detectado en ellos un comportamiento aprendido de enfermedad crónica caracterizado por continuas referencias a la enfermedad, una incapacidad desproporcionada y excesivas visitas al médico
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
Las enfermedades inflamatorias intestinales son enfermedades crónicas que en la actualidad no tienen tratamiento curativo, sólo paliativo. Aunque se desconoce la causa que las origina, una de las hipótesis más defendidas habla de procesos autoinmunes o deficiencias inmunológicas, que permitirían explicar cómo los factores psicosociales podrían exacerbar estos trastornos.
En la colitis ulcerosa, hay una inflamación de la mucosa del intestino grueso. El paciente sufre diarreas mucosas o sangrantes, dolor abdominal, fiebre, etc. La enfermedad de Crohn se caracteriza por una inflamación del tracto gastrointestinal, habitualmente del intestino delgado o grueso, pero puede afectar a cualquier otra parte. Algunos de los síntomas son dolor abdominal, diarrea, fiebre, pérdida de peso, etc.
¿EN QUÉ PUEDE AYUDAR LA TERAPIA PSICOLÓGICA?
La terapia psicológica dentro de este tipo de enfermedades se orienta a el manejo del estrés de forma prioritaria. Las situaciones de tensión, a menudo , desencadenan los síntomas principales. Se trataría, por tanto, de aprender a controlar esas situaciones de tensión, evitando de este modo que aparezcan los tan temidos síntomas.
Las técnicas o estrategias más utilizadas son aquellas, por tanto, que permiten llevar a cabo un entrenamiento en el manejo de la ansiedad (relajación muscular progresiva y biofeedback). Los beneficios de este tipo de terapias son múltiples llegando a destacar por encima de los tratamientos médicos en trastornos concretos, tales como el síndrome del intestino irritable. En este síndrome se ha encontrado que la terapia cognitivo-conductual se ha mostrado más eficaz que el tratamiento médico. Estaríamos hablando de un "paquete de técnicas" (conocido como terapia multicomponente) que incluiría entrenamiento en relajación y en el manejo de situaciones problemáticas mediante solución de problemas, reestructuación del tiempo, asertividad, habilidades sociales, autoinstrucciones y terapia cognitiva.
Vemos, por tanto, la estrecha relación que existe entre el estrés y las enfermedades gastrointestinales. También constatamos cómo el entrenamiento en determinadas técnicas, por lo general bastante sencillas, permiten mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Además, llevar a cabo una correcta respiración y aprender a manejar la ansiedad a través de técnicas como la relajación, permite prevenir la aparición de todo este tipo de enfermedades. La terapia psicológica se muestra, de esta forma, no sólo eficaz para el tratamiento y prevención de trastornos psicológicos, sino también para aquellas enfermedades que tienen un origen orgánico.
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